03 marzo, 2013

CROISSANT

Para los que nos gusta el dulce, la bollería, los pasteles..., tener la posibilidad de hacerlos en casa es un privilegio, pero se necesita la receta adecuada, la explicación completa y correcta, y yo en este caso lo he conseguido. Siempre tuve ganas de hacer hojaldre casero, y lo intenté en un par de ocasiones pero el resultado fue mediocre; sí la masa era aceptable pero distaba mucho de parecerse al hojaldre. Así que cuando se lo vi a Nieves me guardé la receta como si fuese un tesoro, pero seguía sin atreverme, me resultaba complicadísimo, hay que respetar los tiempos de reposo, ser muy pulcra a la hora de los giros, los dobleces  y los estirados, vamos que es una masa que hay que cuidar y de la que hay que estar pendiente. Aunque el resultado merece la pena, os lo aseguro, unos croissants suaves por dentro, con sabor a mantequilla, con la última capa de hojaldre crujiente y dulce. Os animo a que lo intentéis.

Y os animo también a que visitéis el blog DULCE Y SALADO,  si todavía no lo conocéis no sabéis lo que os estáis perdiendo. Tiene una gran variedad de recetas todas explicadas al detalle,  hechas con mimo y es especialmente hábil para las masas como ésta, seguro que os lleváis más de una de sus fantásticas recetas.

De su receta solo he variado la forma de añadir la levadura (yo la disuelvo en la leche), la cantidad de harina que eché al principio y la temperatura del horno. El resto es literal.



 INGREDIENTES:

500 gr. de harina de fuerza
Un cubito de levadura de panadería
70 gr. de azúcar
100 ml de leche
160 ml. de agua
½ cucharadita de sal
280 gr. de mantequilla

Para pincelarlos:

1 yema de huevo
30 ml. de leche
Azúcar glass

PREPARACIÓN:

En un cuenco echamos el agua y desmenuzamos el cubito de levadura. Revolvemos bien para que la levadura se disuelva.

En un fuente echamos la harina (unos 450 gr.), el azúcar, la sal, la leche, revolvemos y después incorporamos el agua con la levadura. Lo mezclamos todo bien.

Enharinamos la meseta, volcamos la masa y amasamos, ayundándonos con el resto de la harina, unos 5 minutos.  Volvemos a enharinar la meseta (limpia), dejamos ahí la masa y la tapamos con un paño húmedo y dejamos reposar unos 5 minutos.

Amasamos de nuevo unos 2-3 minutos y volvemos a dejar la masa en reposo tapada con el paño húmero otros 5 minutos. Repetimos esto unas 4-5 veces hasta que la masa quede muy fina.

Untamos un bol amplio con un poco de mantequilla o aceite, metemos dentro de la masa, la tapamos de nuevo con el paño húmedo y la dejamos reposar una hora en la nevera.

Mientras tanto, colocamos la mantequilla fría entre dos plásticos, con ayuda de un rodillo le damos unos golpes y la estiramos hasta conseguir un rectángulo de 20 x 26 cm. La metemos así en la nevera (entre los plásticos).

Hasta aquí todo bien, lo complicado para mí empieza ahora. Y como era la primera vez que lo hacía me tenéis que disculpar por no hacer el paso a paso que es fundamental. Pero como el de Nieves es impecable, aquí os dejo el enlace para que lo sigáis. 

Poner todo el proceso en texto se hace demasiado pesado, lo que realmente es importante son las imágenes para tener claro cómo se maneja.

Solo indicaros que yo los horneé a 190º en posición arriba y abajo, el tiempo aproximadamente 15 minutos, hasta que se quedaron bien dorados (pero como siempre esto dependerá de cada horno).

Al hornearlos se me formó un charco de mantequilla alrededor de cada croissant y bien creí que todo el trabajo había sido inútil, pero no os asustéis si os pasa, al final quedaron buenísimos.

Con ayuda de una espátula los vamos colocando sobre una rejilla para que enfríen.