10 marzo, 2013

TORRIJAS DE ROSCÓN

Esta receta le tenía pendiente de publicar desde hace un par de meses. Es igual que las torrijas clásicas pero utilizando un trozo de roscón que tenía congelado. En mi casa siempre se hicieron con el pan duro, y mejor si el pan era bregao, mucho mejor, la miga es más compacta y las torrijas quedan con más sabor. 

Y como en casa a unos les gusta fritas sin más y a mí me encantan con leche, siempre las hacemos de las dos maneras. También se puede preparar un almíbar con vino blanco y azúcar o miel, dejarlo bien reducido y mojar las torrijas con él. Como siempre, a vuestro gusto.


INGREDIENTES:

10 rebanadas de roscón de reyes (que habremos sacado del congelador el día anterior)
600 ml. de leche
2-3 cucharadas de azúcar
Canela en rama
Corteza de limón
Aceite para freír
2 huevos

PREPARACIÓN:

Pondremos a cocer la leche con el azúcar, la canela y la corteza de limón (procurando que no tenga nada blanco) y lo hervimos unos 8-10 minutos a fuego suave. Lo dejamos reposar hasta que esté templado, sin llegar a enfriar del todo (reservamos un poco para remojarlas después, pero sin limón). Cogemos una rebanada de roscón y lo metemos dentro del cazo, lo empapamos con la leche, le damos la vuelta para que se empape por el otro lado y lo sacamos para una fuente, así con todas las rebanadas. Las dejamos en reposo unas dos horas. 

Pasado este tiempo de espera ponemos en una sartén aceite. Mientas calienta batimos bien los huevos. Cuando el aceite esté caliente, empezamos a rebozar las torrijas, habrá que hacerlo con cuidado para que no nos rompa y los vamos echando en el aceite. Una vez dorada por un lado le damos la vuelta (nos ayudaremos con una espumadera) para que se dore por el otro. Las sacamos y las vamos colocando sobre un plato con papel absorbente.

Cuando haya soltado ya el aceite las vamos echando en la leche que tenemos reservada. Las otras las servimos tal cual.


Y así me gustan a mí, con leche.