25 octubre, 2015

ROSCA DE PAN CON HARINA DE ESCANDA

Este es el pan que preparé para acompañar un pote de berzas. El toque de sabor que le da la harina de escanda resultó perfecto, sabores de pueblo, auténticos y que combinan a la perfección.

Le he puesto poca cantidad de harina de escanda pero si queréis un pan con más sabor, solo hay que añadir más cantidad y ajustar el agua. 

Espero que os guste.


INGREDIENTES:

500 gr. de harina de trigo
150 gr. de harina de escanda
500 ml. de agua
Un buen chorro de aceite de oliva
Un cubito de levadura
Sal

PREPARACIÓN:

En un bol grande echamos las dos harinas (dejamos un poco de la de trigo para amasar), añadimos la sal, el aceite de oliva y parte del agua, mezclamos bien. Desmenuzamos la levadura y seguimos añadiendo agua. Enharinamos ligeramente la meseta, volcamos la masa y amasamos hasta que nos quede fina.

Untamos con aceite un bol grande y metemos dentro la masa, la tapamos y dejamos reposar hasta que suba, tiene que doblar el volumen, unos 90 minutos más o menos (yo la dejo toda la noche en la nevera y al día siguiente la dejo a temperatura ambiente una hora antes de darle forma al pan).

Cuando tenemos la masa subida, enharinamos de nuevo la meseta, volcamos la masa, desgasificamos y le damos forma; cogemos una porción (con la cantidad de ingredientes de arriba nos dará para al menos dos roscas) y hacemos una bola grande, metemos los dedos en el medio y empezamos a estirarlo y girarlo hasta conseguir la forma y tamaño que queramos. El agujero central tiene que ser bastante grande, porque al volver a levar se hará más pequeño y en el horno un poco más todavía. Colocamos la rosca en la bandeja del horno que habremos cubierto con papel vegetal. Otra opción es, una vez que tengamos la rosca, colocarla en un molde de bizcocho con forma de rosca. Tapamos y dejamos subir unos 20-30 minutos. 

Mientras sube encendemos el horno a 220º en posición arriba y abajo. Cuando esté caliente metemos la bandeja y lo cocemos unos 30 minutos, hasta que coja buen color. Comprobamos que está cocido, para ello podemos pincharlo con un palillo o bien podemos darle la vuelta y si al golpearlo con los nudillos suena a hueco ya lo tenemos en su punto.

Lo dejamos enfriar sobre una rejilla.




Y ya que encendemos el horno vamos a aprovecharlo y hornear pan para varios días. Lo congelamos envuelto en papel film y a disfrutar de pan casero.